Mario con estrella

Koji Kondo nació el 13 de Agosto de 1961 en Nagoya, Japón. Él llevaba la música en la sangre. Desde los cinco años comenzó a practicar con los legendarios órganos electrónicos Electone de Yamaha. En la Universidad, estudió Arte y parece curioso que no se haya enfocado en la música, Poco a poco fue adquiriendo experiencia en la composición clásica, componiendo temas con el piano y con su ordenador.

Antes de terminar su carrera, Nintendo envió una oferta de trabajo a la Universidad solicitando jóvenes emprendedores dispuestos a probar suerte en la composición y en la programación musical, y ahí comenzó esta historia.

A Koji le encantaban los juegos Arcade y de ordenador, por lo que no tuvo que pensar demasiado para solicitar el trabajo, además de eso, corrió con la suerte de que Nintendo lo contratara prácticamente de inmediato, sin demostrar antes ni un solo demo.

Fue la primera persona en ser contratada por Nintendo que se dedicaría de forma exclusiva a la composición musical. El poder de sus obras le valió para ganarse la fama de pequeño genio del diseño de sonido. El éxito que obtuvo con sus primeras obras lo condujo al  departamento dedicado al desarrollo de juegos para consola.

Kondo creó una herramienta para la composición musical en NES haciendo uso de un periférico denominado FAMICON BASIC, que no era otra cosa que un lenguaje de programación específico en BASIC, diseñado para la programación en NES. Con estas herramientas debutó en el mercado de las consolas con la creación de la música del título Devil Word, lanzado en 1984. Sin embargo, no es por este que se convirtió en una leyenda, el despunte de su carrera se debe a:

Super Mario Bros, la primera gran obra de Kondo, y sus cuatro minutos de música se han convertido en la composición más conocida de todos los tiempos, en lo que a la industria del videojuego se refiere. El dividió la composición en pequeños segmentos que posteriormente se iban repitiendo a lo largo del juego.

Una de las mejores cosas del tema es que por más repetitivo que es, no llega a aburrir.

Además tomando en cuenta las limitaciones de la NES únicamente le permitían disponer de tres canales de audio (melodía, armonía y percusión), y aún así consiguió crear melodías que se reconocen en todo el mundo.

Según declaro el mismo Kondo en una entrevista en 2001, la música que conocemos pudo haber sido completamente diferente ya que al principio era algo más relajado y etéreo, no terminaba de encajar del todo y al final a nadie le gustó. Definitivamente fue un acierto el volver al estudio y crear algo con mayor alegría.